Volvió Alex a la casa donde pasó toda su niñez; volvió en sus pesadillas como cada noche. Recorrió los pasadizos que en apariencia estaban intactos. Era la misma casa y la misma pesadilla recurrente; vacía y oscura; tal y como la recordaba en sus madrugadas de insomnio cuando vivía ahí, pues acostumbraba ir hasta la ventana para ver la avenida vacía. Nunca se atrevió abandonar la casa y hoy lo hizo; abrió la puerta y sintió el frío invernal que castigaba la calle carente de alma. Dió varios pasos y quiso volver; giró y la vio imponente y tenebrosa. Sabía que era un sueño y aunque despierte siempre se verá atrapado en esos pasadizos que le recordarían las noches de insomnio. Quizá un día no pueda salir, quizá una noche vuelva a despertar.
@Alex P. Santana.
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